A Fuensanta, mi paciente compañera.
Hoy pido una luna, sólo eso…
¡Tan sólo una!
Una luna para abrazarte
tendidos en mi lecho
y aún sin poseerte…
saciar de tus labios,
sorbo a sorbo,
la sed por tu cuerpo.
Y así, muy juntos y abrazados,
sentir el amor susurrado
aunque no se haya dicho
ni haya sido nombrado.
Y cuando la luna vaya muriendo
pediré al sol naciente
que se duerma un poquito,
que un poco más me deje
junto a ti, a tu lado
en esta alargada noche,
que aún sin habernos amado…
amor en mi cuarto se siente
sin haberlo yo soñado.
¡Ay!, sólo pido una luna,
pues sé que tendré más soles,
pero contigo…
¿tendré más lunas?