¿Dónde fueron los tiempos del rocanrol
errando de garito en garito
y surfeando con pasión la noche
para poder llegar a contemplar
las primeras bengalas del alba?
¿Dónde están todos los dioses profanos
a los que elevamos la copa con devoción
en justo sacrificio y homenaje
poseídos por la magia de una canción?
Todos partieron abandonaron el Parnaso
dejando detrás el estruendo insoportable
del silencio
Y desde entonces vagamos huérfanos
cada vez más viejos
por un mundo cada vez más triste